Vaya por delante que lo de “Holocausto
zombi” es irónico (luego veréis por
qué) y, en todo caso, se refiere al Coronavirus que, como todos los virus, “no
está ni vivo ni muerto”.
La
verdad que en estos cuatro días de aislamiento solidario no hemos tenido tiempo
de aburrirnos. Marga está ocupadísima, como os conté ayer, atendiendo a los
medios. ¡Hasta el CSIC le ha puesto un "jefe de prensa"! Y yo (¡por fin entro en escena!) intentando reducir la actividad de investigación de un Centro de 450 personas
de la manera más ordenada posible*.
Empezamos
a principio de la semana pasada y aún estamos en ello. El lunes 9 de marzo
convoqué para el día 10 una Junta Extraordinaria de Centro, con la idea de
empezar a habilitar medidas de reducción de la actividad investigadora, dado el
cierre decretado de guarderías, colegios e institutos en la Comunidad de Madrid. El día 9
se habían contabilizado en España 1.204 casos confirmados y 29 fallecidos**.
En
la Junta presenté un posible escenario de la pandemia de COVID-19 que implicaba
un riesgo importante de colapso del sistema sanitario y la necesidad de reducir
drástica pero paulatinamente la asistencia al Centro. Utilicé los argumentos
del artículo de Marga, en particular: “te
envían a casa no para protegerte a ti, que estás fuertote, joven y sano, sino
para que no seas un vehículo de contagio que podría llevar a la muerte a
personas más vulnerables”. Y,
pongo a los miembros de la Junta por testigo, auguré que el fin de semana del 14/15
nos “encerraban en casa”, como así fue.
Y
ahora comprenderás lo de “Holocausto zombi”. Hubo gente del Centro que criticó
tanto alarmismo.
¿Cómo
llegó Marga a deducir dicho escenario y me convenció de que podía ser real? ¡No sin evidencia! Obviamente, a “toro
pasado” todo es más fácil de explicar; todo este desbarajuste se entenderá
mejor cuando haya pasado y será el momento de aprender para futuras crisis.
Pero en España teníamos la oportunidad de mirar
a China y a Italia. ¡No somos como
China!, aducían y aducen aun
muchos. No, no somos China, pero está
por ver si logramos controlar la infección como ellos. Por su parte, Italia el
día 9 de marzo contabilizaba 7.985 casos
confirmados y 463 fallecidos**. Hoy no voy a entrar en más números pero, como
muestra Kiko Llaneras en sus artículos y la Organización Mundial de la Salud en el enlace de la ilustración, “las matemáticas son claras”. Quizás esto es parte del problema, el que
no sabemos matemáticas. La evidencia estaba en compararnos con Italia y ver lo que allí sucedía, con un sistema
político, un sistema de salud y una idiosincrasia muy parecida a la nuestra.
¡Gracias Marga por explicármelo,
por explicárnoslo!
*Para los que no me conocéis (¡Espero
que no me lean solo los amigos!), soy el director del Centro de Investigaciones
Biológicas Margarita Salas.
**Los números varían ligeramente según
las fuentes.