Así llamó el
Dr. Pere Planesas a los implicados en la tarea de medir la distancia de la
Tierra al Sol. Una labor que se inició en el siglo III antes de Cristo con
Aristarco de Samos y Eratóstenes de Cirene, que la estimaron en 10
millones de km. A lo largo de muchos siglos, numerosos científicos, en general trabajando
individualmente, fueron aportando nuevos datos. Y en el siglo XVIII,
aprovechando que hubo dos tránsitos de Venus por delante del Sol, se pudo calcular con
cierta precisión una distancia alrededor de los 150 millones de km. Para ello,
numerosos astrónomos se dispersaron por el mundo, desafiando todo tipo de dificultades. Y, luego, compartieron sus medidas en el primer gran
proyecto científico a escala mundial.
(Imagen del campo ultraprofundo del Hubble, tomada de http://es.wikipedia.org/wiki/Universo)
(Foto del tránsito de Venus de 2012. Imagen tomada de
Pero la charla de Pere no
solo fue una muy interesante historia del progreso científico. También sirvió
para ilustrar cómo, incluso en el ambiente de confrontaciones y guerras del
siglo XVIII, la Ciencia se basa en valores como la cooperación internacional, la emoción por
conocer, el sacrificio personal por una empresa global, el interés de la
sociedad ilustrada...
Como siempre, los
asistentes aprovecharon la presencia de Pere para, durante casi una hora de
discusión tras la charla, aclarar algunos aspectos de su conferencia y plantearle
esos temas de la Astrofísica que nos producen un cierto vértigo existencial.