Y no es un problema menor. Algunos estudios
calculan que hay 1.300 millones de personas en el mundo afectadas por los malos hábitos
de alimentación. Y las enfermedades que dichos malos hábitos originan, diabetes, trastornos cardiovasculares, etc., causan 3 millones de muertes prematuras al año. Además, en un dramático contrapunto, 1.000 millones de personas sufren desnutrición, que tiene una fuerte influencia sobre la mortalidad infantil.
Partiendo de lo único que se sabe con certeza, y que he utilizado como título de esta entrada, la Dra. Mª Ángeles Martín nos ilustró sobre
cómo la investigación va explorando, paso a paso y con rigor, el camino inverso: ¿qué tendríamos que
comer, no solo para mantener nuestra salud, sino también para mejorarla?
(Foto original de Marisa DeMeglio, wikicommons)
Y así nos presentó la evolución, todavía incipiente, desde
las recomendaciones dietéticas generales, pasando por los alimentos
funcionales, hacia la nutrición personalizada. El objetivo futuro: adaptar nuestra
dieta a nuestra dotación genética para prolongar los años de vida saludable. Mª
Ángeles explicó muy claramente que todavía la recomendación más fundamentada es hacer una
dieta sana, junto con la actividad física, social e intelectual, tal como hemos tratado anteriormente en Cienciaconchocolate. Por eso, todavía hay que ser muy cautos cuando nos intentan vender productos, o métodos diagnósticos, para curar enfermedades a
través de la dieta. De hecho, la EFSA (Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria) solo ha admitido 1 de cada 80 alegaciones
nutricionales presentadas por las empresas alimentarias. El resto, eran meros
reclamos publicitarios que, desgraciadamente, han logrado calar en la
población, a pesar de no tener ninguna base científica.
Quizás algunos de ellos no sean totalmente erróneos, pero
queda mucha labor investigadora por hacer para que, más allá de mantenernos más
saludables, esté rigurosamente documentado cómo la nutrición puede evitar
numerosas enfermedades.
Mª Ángeles nos ha dejado amablemente su charla.
Varias Sociedades y Asociaciones
Científicas apoyan la implicación de los científicos en la divulgación rigurosa
de los resultados de la investigación a la sociedad.