En la charla del Prof.
Luis Carretié sobre las emociones y sus bases en el cerebro aprendimos muchas
cosas. Por ejemplo, el condicionamiento positivo que representa
escuchar una interesante charla mientras se disfruta del
chocolate, ya que el chocolate contiene varias sustancias que inciden positivamente en los
circuitos cerebrales de las emociones.
(La emoción reflejada en nuestra cara es una forma esencial de comunicación.
Imagen tomada de la wikipedia)
Luis nos habló sobre las
emociones inmediatas, necesarias para la comunicación, la reacción, la
supervivencia; sobre aquellas que perduran en el tiempo; y sobre aquellas que
son características del temperamento individual. También habló de las zonas del cerebro que
intervienen en su procesamiento, de los circuitos de los que dependen y de
algunas moléculas implicadas.
Luis nos ha dejado algunos
de los enlaces que preparó para su charla:
¡A ver si
eres capaz de contar los pases del equipo blanco!
Y también nos deja el
enlace a la página que está elaborando para personas interesadas en el
funcionamiento del cerebro.
(Actividad cerebral en respuesta a emociones faciales.
Imágenes de resonancia magnética funcional tomada de un artículo científico)
Mientras organizábamos su
charla, tuvimos una discusión científica del tipo “botella medio llena –
botella medio vacía”. Luis, psicobiólogo, está entusiasmado con el avance que
representa adscribir una emoción a un área y a un circuito cerebrales. Yo, neurobiólogo
molecular, estoy deseoso de que se llegue a poder describir las reacciones bioquímicas
cerebrales que subyacen a una emoción. Seguro que desde la colaboración entre
los campos de la neurociencia lograremos avanzar en la comprensión de nuestro
cerebro y, consecuentemente, en el desarrollo de mejores tratamientos para los
devastadores trastornos neurológicos.