De una gran complejidad técnica, pero con una elegante
sencillez, fue el camino por el que el Dr. Jaime Julve nos llevó al mundo de
las partículas elementales. Lo puedes apreciar tú mismo, pues amablemente nos ha dejado su charla.
Y si el comprender dicho mundo fue muy interesante, para mí y
seguro que para toda la audiencia, fue aún más apasionante lo que surgió en la
discusión. Cualquier pregunta científica con suficiente entidad, proceda de la disciplina que proceda,
acaba en el ¿De dónde venimos…? En este caso,
¿De dónde proceden las propiedades de las partículas elementales, los valores de
las constantes físicas universales…? Así que acabamos discutiendo en esa
"tierra de nadie" (¡o quizás de todos!) donde confluyen ciencia, filosofía y religión.
La tecnología del Colisionador de Hadrones del CERN es
imposible de entender sin una especialización en Física de partículas. Pero
para hacerse una idea vale una imagen de su detector ATLAS.
(Montaje de ATLAS)
Sin embargo, lo que hace se entiende fácilmente si te lo
explican con ejemplos basados en la experiencia que todos tenemos. Si cogemos
dos objetos cualesquiera y los hacemos chocar con suficiente velocidad, se romperán
en sus piezas constituyentes. Eso, llevado al límite de las partículas
subatómicas, son los experimentos del CERN: descomponer la materia hasta llegar
a aquellas partículas que ya no se pueden
romper en nada. Esas son las partículas elementales constituyentes de la
materia.